ADN y nutrición: cómo influye la genética en la alimentación
Hoy en día es conocido por todos que no hay dos personas en el mundo exactamente iguales. Lo que nos diferencia es nuestra genética, para lo que es necesario un test genético. Sí, eres único. Entonces, deberíamos preguntarnos ¿Por qué seguir los patrones generales de alimentación si puedes diseñar una dieta ideal para ti?
Piensa en cualquier persona, todas las diferencias entre esa persona y tú están determinadas por vuestra genética. Al igual que hay numerosas diferencias entre vuestro físico, las hay en vuestra tendencia a padecer enfermedades, en la forma en la que vuestro cuerpo asimila los alimentos, etc.
Conociendo todo lo anterior, sorprende cada día más, que las personas basen su alimentación en función de estándares generales establecidos para toda la población, pudiendo personalizar tu dieta en función de las necesidades específicas de cada uno, determinadas por los genes.
Cuando hablamos de personalizar la dieta, no nos estamos refiriendo a hacer un plan exclusivo para adelgazar ¡ni mucho menos! No son pocos los casos en los que han acudido a la consulta pacientes desesperanzados tras varios meses de regímenes alimentarios – de patrones fijados y generales – infructuosos. Tras realizar un test genético se ha visto los genes en los que había que actuar y con menos esfuerzo y más ciencia, han conseguido mejores resultados.
Sin embargo, la influencia de la alimentación en la genética va mucho más allá, el campo más importante en el que a día de hoy se está trabajando, es prevenir la aparición de distintas enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.
Al referirnos a la influencia de la alimentación en la genética, podríamos poner ejemplos relacionados con campos tan diferentes como son el embarazo o el Alzheimer. Hay casos en los que una mutación genética, concretamente en el gen MTHRF dificulta a algunas mujeres el quedarse embarazadas. Una gran ayuda para ellas que facilita el embarazo es aportarles un suplemento de ácido fólico, ¡Con una dosis de hasta 5 veces superior al que fijan los estándares!
Otro ejemplo muy diferente que se ha mencionado anteriormente es del que se ha estudiado la relación entre la alimentación y la genética, es en los casos con genotipo APOE4. Estas personas tienen una alta tendencia a padecer Alzheimer. Para ellas, la alimentación es una herramienta fundamental para retrasar el inicio o en el disminuir el progreso de la enfermedad. Este tipo de personas, tienen una mayor tendencia a tener su colesterol alto, lo cual puede aumentar la producción y la acumulación de las placas amiloideas tóxicas que conducen a la demencia. Conociendo esto, las estrategias nutricionales recomendadas, van enfocadas a reducir todos aquellos alimentos que puedan aumentar su colesterol, como son la margarina, bollería industrial, …
En definitiva, con un simple test genético, podemos obtener la información que necesitamos para conocernos en profundidad y saber qué hábitos saludables tenemos que incluir en nuestro día a día, para prevenir y tratar enfermedades. ¡Hay mucho más en nuestras manos de lo que nos imaginamos!